Una anécdota



Cuando yo era niña, mi familia y yo íbamos a San Antonio una vez al mes porque mis abuelos vivieron en San Antonio. Cuando yo tenía 6 años, mi familia y yo fuimos al mercado agrícola. Nosotros quisieron comprar las frutas frescas y los suéteres para el invierno. Había muchos vendedores y vendían la comida, la ropa, las pinturas, las bebidas, y otras cosas. 
Mi abuela y mi mamá fue a ver los suéteres, y mi abuelo y mi papá fue a comprar las frutas. Yo fui con mi abuela y mamá, pero yo me distraje con los aretes coloridos. Yo vi un par de aretes azules que yo pensé que fueron muy bonitos. Yo no supe que yo no fui con mi familia.

Después de 2 minutos, la vendedora preguntó sobre eso. ¡Yo me sentí sorprendido! Yo vi, pero yo no pude ver mis abuelos ni mis padres. Yo caminé a los suéteres, pero no fueron allí. Yo caminé a las frutas frescas, pero no fueron allí. ¡Yo fui perdido!

Yo esperé a la caseta de fruta, y mi abuela me encontró después de 5 minutos. Mi abuela parecía muy tranquila, pero yo fui asustado. Mi abuela me abrazó y llamó mi mamá. Cuando yo vi mis padres y mi abuelo, yo los di uno abrazo muy granda. Mis padres no fueron enojados, sólo preocupados.

Mis padres y mis abuelos y yo fuimos a la heladería después del incidente. Mi mamá y yo comimos nuestro sabor favorito, pistacho. Mi papá siempre comía el helado de menta con chispas de chocolate, y mis abuelos compartieron un cono de helado de Oreo. Mis abuelos me dijeron que siempre quedar con ellos. Yo no me distraje a propósito, pero yo comprendí que yo quise prestar atención a ellos.



Comments